Este año, he cursado 3º de carrera, en magisterio, en la especialidad de Infantil y este año comenzaba una de las mejores etapas y partes de la carrera, las prácticas. Este año por fin he podido poner en práctica todo lo aprendido durante 2 años de carrera, he podido poner a prueba real, mis conocimientos, no los he limitado a una hoja de papel para que me la califiquen, sino que la vida misma me ha puesto a prueba.
Como no podía ser de otro modo, pude hacerlo en la Milagrosa, el colegio al que he pertenecido toda mi vida, mi segunda casa, el lugar donde he crecido, donde me han educado, formado y enseñado gran parte de lo que se, volviendo a estar ligada un año mas este colegio, solo que de manera diferente, cambiando mi perspectiva de funcionamiento ya que la ultima vez que lo pisé de manera oficial, fue como alumna en mi graduación.. "graduación", que lejana me queda esa palabra ya, 3 años desde entonces, como pasa el tiempo..
Esta vez no era así, esta vez iba como formadora, como maestra, participando y con la misma vision que las que en su momento fueron mis propias maestras..
Desde el inicio estuve emocionada, ya que es lo que siempre he querido, aunque a su vez iba también con algo de miedo como se considera normal en una experiencia de tal calibre, pero dispuesta a dar lo mejor de mí.
Desde el momento en el que entré, al ser presentada y recorrer con la mirada la clase, los muebles y las paredes entre las que pasé yo parte de mi infancia, al cruzar la mirada con todos y cada uno de los 25 niños que estaban delante de mi, sentados, observándome a mi y a su profesora mientras me presentaba, en ese momento lo sentí, lo vi claro, estos dos meses se me iba a hacer realmente cortos.
Esa misma sensación la he ido repitiendo dia a dia, desde que entraba por la puerta y veia una avalancha de niños corriendo hacia mi, para darme los buenos dias junto a un beso o un abrazo, contandome lo que les habia pasado el dia anterior (o incluso meses atrás, ya que para ellos la noción del tiempo aun esta lejana), hablandome de sus familias e incluso prensentándomelas, mostrándome sus juguetes que ese dia habian llevado para mostrar a sus compañeros; pasando por las horas de trabajo en el cuaderno, pintando, enseñando las letras y números, ayudandoles a escribir sus nombres, compartiendo con ellos recreos, jugando al pilla pilla, paticipando en el futbol, especialmente esos momentos en los que me veia con 4 niños agarrados a mis brazos y otros 3 en mis piernas dandome un abrazo, o mostrándome sus mil cualidades que tenian, haciéndome correr por los pasillos para pillarles o pidiéndome ayuda para cualquier problema, lo que a veces me desbordaba, pero solo con ver sus caras de felicidad cuando se solucionaba, o cuando se quejaban de que alguien les habia insultado y yo les decia que no era verdad, organizándoles el almuerzo y poniendoles sus dibujos animados para que terminaran sobre mis piernas cantando canciones o contando "chistes" o simplemente pidiéndome que les hiciera cosquillas y riéndose a carcajadas cuando atendia su petición (siempre con mucho gusto) , hasta el finál de la clase diaria, donde tras recoger su mesa y antes de irse con uss familias respectivas venian a mi a despedirse "hasta mañana" y darme un beso e incluso pidiendome acompañarles fuera con sus padres, o hasta el comedor cuando se quedaban. A lo largo de todas y cada rutina o ruptura de esta ya fuera por cumpleaños o festival, esa sensación no me abandonaba.
Ese miedo que poseía, tampoco me abandonó fácilmente, ya que tenia miedo de defraudar o bien a los niños o bien a mi tutora del colegio, tratando de dar lo mejor de mi aunque a veces fallara en detalles, o incluso el miedo de que algún niño no congeniase conmigo por su personalidad ya que como es normal no todos eran dóciles y fáciles de manejar, pero ahí es donde se presentaba mi gran reto, ser capaz como maestra de llevar todas las situaciones, por complicadas que fueran. Pero a pesar de tener esa presión interior, la sensación de placer y de ilusión de la vida siempre eran mayores.
Ahora, después de haber terminado esta experiencia cada vez que recuerdo los momentos mas intensos o incluso cada vez que me cruzo a alguno de los niños y me viene corriendo a saludar y a dar un abrazo, sonriendo y con la cara iluminada por la ilusión, esas emociones reviven en mi con mayor
intensidad.
Han sido meses realmente intensos, donde he podido enseñar lo que se, ponerlo en práctica, aprender, jugar, conocer, realizarme y crecer una vez mas como persona, y especialmente notar en mi la magia que poseen los niños en al vida, esa que te permite olvidarte de los problemas, la que te permite luchar por lo que quieres, y sobretodo te permite querer con mayor fuerza.
Este tiempo que he vivido la realidad de mi futuro, en los que he notado en la piel lo que supone verdaderamente mi profesión, he podido corroborar, con fuerza, he podido tomar verdadera conciencia de que esta es mi vocación, de que esta oportunidad que he tenido, la quiero para mi para siempre.
Los niños tienen el poder de hacerte sonreír sin ningún motivo, pero realmente creo que tienen en si el mejor motivo porque no hay mejor motivo que contagiarle tu sonrisa.
"Haz un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo dia en tu vida" , haciendo referencia a esto, luchare porque un día el ser maestra pueda ser mi forma de vida.
💘
