Por eso, levantarse un domingo a las 9 solo con esa intención, hace que no cueste tanto trabajo, recorrer la distancia que separa del lugar indicado, la plaza de San Pedro, Roma, y esperar allí horas, solo para coger sitio, aguantando el sol en la espalda, todo eso merece la pena cuando por fin, llega la hora, y como cada domingo a las 12 del mediodía, el Papa Francisco sale a la ventana, cualquier conversación que hubiera se corta, y un gran silencio recorre la plaza según sale, un silencio que dura no mas de 2 segundos seguido de una lluvia increíble de aplausos, de gritos representando la emoción y alegría de ver en persona a la mayor autoridad de la Iglesia cristiana. Francisco saluda con una sonrisa que, aunque no se le puede ver bien debido a la distancia que hay hasta la ventana, las cámaras que facilitan la visión permiten ver sin ningún problema. Tras este gran saludo, acogido con aplausos, silbidos y demás, se hace silencio. Francisco comienza a hablar, a pesar de hablar en Italiano, habla de forma clara y sencilla, de manera que se le entiende lo que dice, lo cual hace que mientras habla un escalofrío de emoción, orgullo y alegría juntos recorran la espalda y todo el cuerpo, haciendo que disfrutes cada instante que pasas escuchando sus palabras, poniendo la máxima atención para captar cada una de las palabras que dice, para comprender el mensaje que nos quiere hacer llegar: La lucha por la paz, el deseo de poder lograr un mundo que no tenga cada vez mas violencia y mayor pobreza, el intento por hacer que se comprenda, que lo mas importante de todo es la paz, que si hay paz, lo demás es más fácil de lograr. Tras 20 minutos de discurso que pasan como si fueran 10, comienza le rezo del ''Angelus''. Comienza Francisco con el rezo y se escucha la respuesta de miles de personas que hablan al unísono, haciendo que las mil voces que haya, formen solo una.
Tras terminar el rezo, comienza de nuevo a saludar, particularmente a ciertos grupos que hay, de manera que el saludo que envía a cada persona o grupo, es respondido con aplausos y jubileos de los allí presentes. En ese momento conoces a todas las personas que hay allí, miles de personas unidas por lo mismo: la Fé.
Termina el Papa el saludo y concluye hablando del encuentro que habrá para rezar por la paz del mundo, y después de ello, con una sonrisa de oreja a oreja y acompañada de aplausos, júbilos y gente gritando ''viva el papa'' acompañada de los demás con la respuesta ''viva'' , desaparece de la ventana y de la vista de todos nosotros.
Cuando se va a encuentros de este tipo, nunca se vuelve igual que se va, por poco que sea y aunque no lo notes en ese momento, siempre vuelves tocado, cambiado, con nuevos ánimos y fuerzas para lograr el objetivo de cambiar el mundo por uno mejor o simplemente motivos para sentirte feliz y el ver según llegas a la salida, el mogollón de gente que hay, mayoría jóvenes cristianos, hace que esa felicidad, esa emoción, esa alegría por ser cristiano aumente, y sientas ganas de dar gracias a Dios por todo, y te acuerdes de todos aquellos que no son creyentes, deseando que algún día abran los ojos y descubran la verdad y puedan compartir la alegría y felicidad que sentimos los cristianos, la que nos produce creer en Dios.
Ver en encuentros de este tipo, a tanta gente, mayoría son jóvenes unidos por la Fé, te ayuda a comprender que ''Esta es la juventud del Papa''
¡¡Viva Francisco I!!
Termina el Papa el saludo y concluye hablando del encuentro que habrá para rezar por la paz del mundo, y después de ello, con una sonrisa de oreja a oreja y acompañada de aplausos, júbilos y gente gritando ''viva el papa'' acompañada de los demás con la respuesta ''viva'' , desaparece de la ventana y de la vista de todos nosotros.
Cuando se va a encuentros de este tipo, nunca se vuelve igual que se va, por poco que sea y aunque no lo notes en ese momento, siempre vuelves tocado, cambiado, con nuevos ánimos y fuerzas para lograr el objetivo de cambiar el mundo por uno mejor o simplemente motivos para sentirte feliz y el ver según llegas a la salida, el mogollón de gente que hay, mayoría jóvenes cristianos, hace que esa felicidad, esa emoción, esa alegría por ser cristiano aumente, y sientas ganas de dar gracias a Dios por todo, y te acuerdes de todos aquellos que no son creyentes, deseando que algún día abran los ojos y descubran la verdad y puedan compartir la alegría y felicidad que sentimos los cristianos, la que nos produce creer en Dios.
Ver en encuentros de este tipo, a tanta gente, mayoría son jóvenes unidos por la Fé, te ayuda a comprender que ''Esta es la juventud del Papa''
¡¡Viva Francisco I!!
